Hotel Rural & Spa Mas Prat, La Vall de Bianya

Mi estancia fue verdaderamente excepcional. La tranquilidad del lugar, rodeado de naturaleza y la atención personalizada de Roser y Héctor hicieron de este hotel un refugio perfecto. Las habitaciones eran amplias y confortables, ideales para disfrutar de la vista. Sin embargo, el acceso puede ser un poco complicado si no estás acostumbrado a las montañas. La comida fue maravillosa, especialmente el desayuno. En general, es un lugar que recomendaría sin dudarlo.

El hotel es una joya en medio de la naturaleza, ideal para desconectar y disfrutar de un entorno tranquilo. La atención de Roser y Héctor es excepcional, haciéndonos sentir como en casa desde el primer momento. Las habitaciones son cómodas y el ambiente es perfecto para familias, aunque la piscina estaba demasiado fría para usarla en invierno. La comida es deliciosa, sobre todo el desayuno, pero la cena podría ofrecer un poco más de variedad. En general, fue una experiencia maravillosa que sin duda repetiremos.

Este hotel es un auténtico paraíso para familias y quienes buscan tranquilidad. Los anfitriones, Roser y Héctor, son encantadores y hacen que cada momento sea especial. La ubicación es ideal para disfrutar del aire fresco de la montaña y las vistas son espectaculares. La comida es excelente. Sin embargo, el camino de acceso es un poco complicado y puede ser un desafío para algunos. En general, una experiencia inolvidable.

Este hotel es un verdadero refugio en medio de la naturaleza, perfecto para desconectar y disfrutar de unas vacaciones familiares. Las habitaciones son cómodas y el trato de Roser y Héctor es excepcional, haciendo que cada huésped se sienta bienvenido. Sin embargo, el acceso puede ser un poco complicado por el camino de grava y la variedad en la cena podría ampliarse.

Este hotel es un verdadero refugio en medio de la naturaleza, ideal para desconectar y disfrutar de un entorno tranquilo y espectacular. Las habitaciones son cómodas y bien cuidadas, y la atención recibida por Roser y Héctor hizo que nuestra estancia fuera aún más especial. La comida es excepcional y muy sabrosa, aunque la opción para cenar podría ser más diversa. En general, el lugar resulta perfecto para una escapada familiar o romántica, pero la piscina, aunque mágica, no es apta para usar en invierno.